
En el ciclo anual van sucediéndose las distintas estaciones y vemos como todo va cambiando a nuestro alrededor. El frío y silencioso invierno dará paso a la explosión de vida de la primavera, cuyos frutos irán madurando con el calor del verano hasta ser cosechados en otoño cuando todo se prepara para dormir de nuevo en invierno. Todos estos cambios que vivimos afuera tienen su eco en nuestro interior.
Para acompañar a los niños y niñas en este proceso anual, cada aula en las escuelas Waldorf tiene su Mesa de Estación. Con la ayuda de herramientas naturales simples como flores, ramas, hojas, piedras, bellotas, castañas, musgo… vamos redecorando la mesa mes a mes para reflejar en ella algunos de los elementos y figuras de la temporada. La mesa cobra vida con las escenas de la madre tierra, el rey invierno, los niños de las flores, enanitos y elfos y queda en el aula como fiel testigo del transcurrir del año. La imaginación no conoce límites. A menudo son cosas muy pequeñas las que hacen que la mesa de la estación parezca «completa».
En nuestra escuela El Montgó, el viento de invierno empieza a rozar las caritas, los almendros están floreciendo y así ha amanecido esta semana nuestra mesa de estación… Os dejamos un poema de invierno para que se nos caliente el corazón en estos fresquitos días.
» Invierno frío hay afuera
Y en mi casita arde una hoguera,
Caliento mis manos, caliento mis pies,
Caliento mi cuerpo y mi corazón también»